miércoles, 3 de septiembre de 2008

Redención

Imagino lo absoluto, pero no lo concibo. Hoy descubro un espacio nuevo, una nueva manera cosmopolita de, quizás, hacerme más humano. A veces me sorprendo de lo mucho que puede llegar a significar algo tan cotidiano como el contacto con alguien con quien hacía tiempo que no hablabas. O a quien no leías. Tocar siquiera levemente el resquicio de lo verdaderamente puro. Y lo necesito. Puede que sea la única forma de olvidar una condena que debiera haberse cumplido ya.

Hoy aquí, mañana... espero no recordar cuándo fue ayer.