lunes, 6 de abril de 2009

Motivos personales

Larga fue la noche en que, para no sucumbir, astilló con las uñas muebles dieciochescos recién barnizados. Pero se le agotaron antes las garras que la madera.

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Al atravesar el pasillo que le empujaba hacia la sala de juntas, el reflejo de un espejo se escabulló por una rendija, con tan mala suerte que chocó con sus ojos grises. 'La puta moda de los lavabos unisex', pensó, y se ajustó la corbata. Abrió la puerta dispuesto a lavarse las manos y a pringárselas de mierda.

Rápidamente, Lucía se sorbió algo más que los mocos. Unas ojeras como robadas de un cementerio llegaban hasta el frío mármol salpicado de polvo blanco. Una vez más se restregó la nariz, miró al techo, aspiró por la boca pausadamente. El sonido de otro grifo la meció por un instante. 'Vaya mierda que llevas. Y qué mal te sienta ese jodido traje de chaqueta. Pareces un tío'. Sus pupilas de lechuza hambrienta se fijaron en su propia imagen, pero el espejo se negaba a devolverle la mirada y observaba a Pablo. La cocaína intentaba (sin mucho éxito) hacerle parecer serena.

- Señor Contreras, comunique a los socios la puesta en venta de mi paquete accionarial. Yo debo ausentarme de la reunión - Se mordió lateralmente el labio inferior casi espásmicamente. Se le cerraron los ojos y se le escurrió una lágrima. Los volvió a abrir con el esfuerzo de una nueva inspiración -. Motivos personales.

El chasquido de lengua en tono de desaprobación que tronó en su cabeza sin haberlo llegado a escuchar era el de su padre. Y supo, mientras salía y se alejaba taconeando por el corredor, que le acompañaría hasta que sintiera perforársele el tímpano.

1 comentario:

Carlos Castillo dijo...

Me gustó más el de "Asco", pero me alegra que retomes el blog :)