martes, 16 de noviembre de 2010

Mendoza no es un Monty Python

Hace ya más de 7 años que quedé apabullado por la maestría que demuestra Eduardo Mendoza en La verdad sobre el caso Savolta. Y esa admiración se ha mantenido intacta: ya porque la novela es arquitectónica, argumental y literariamente muy completa; ya porque en todo este tiempo no había vuelto a tener un libro suyo en mis manos.

Pero hoy no escribo sobre aquella obra que me fascinó, sino sobre El asombroso viaje de Pomponio Flato. Y he comenzado hablando sobre su autor y su primera obra porque quizás sus nombres sean, para mí, lo mejor de esta otra novela.

Aún así, seamos justos: Al César lo que es del César, y a Don Eduardo lo suyo. El texto es limpio y veloz, a pesar del lenguaje pretendidamente pedante que adopta el protagonista en algunas situaciones. Y reconozco un par de carcajadas sonoras en todo el vagón del metro – y sonrojantes, por cierto - salidas de mi boca. Hasta aquí, barret, Señor Mendoza.

Pero la novela no pasa de entretenidilla, pasatiempo ligero con que echar el rato. Y aunque no creo que Mendoza pretendiera esta vez obnubilarnos con su dominio de las letras, a mí me ha dejado esperando un poco más de Savolta y bastante menos de Jesucristo Superstar versión parodia policiaca.

Digo esto porque aunque las constantes referencias en tono jocoso, siempre irónico y en ocasiones punzante, a la tradición cristiana no han herido mi espiritualidad lo más mínimo, cualquiera que sea y dondequiera que esté, la reiteración de sátiras roza a veces lo gratuito: no por ofensivo, sino por cansino. Y le deja a uno la impresión de que el argumento parte de ningún sitio y llega a ninguna parte, con el único objetivo de sacar conejos de un Belén viviente de la chistera. Es complicado querer escribir La vida de Bryan: los años mozos, y salir vivo del intento -las comparaciones siempre serán odiosas-. Así que seguiré optando por la verdad antes que por las pseudomoralinas sarcásticas de risa fácil.

En todo caso, ahí van unas breves pinceladas no propagandísticas (cada vez odio más las contraportadas) para el posible lector interesado: novela histórica, fresca y sencillota, con la que matar el tiempo sin dolores de cabeza ni generar traumas infantiles y con más de una sonrisa de por medio sobre un locuelo romano embelesado por un niño simpaticón para resolver un crimen poco Christieano, si me permitís la licencia.

Con todo esto, y a pesar de que nuestro Pomponio pueda pasar desapercibido en cualquier biblioteca donde se encuentre, me resisto a bajar de la burra en que tengo montado a Mendoza. Al menos hasta conseguir hacerme con Sin noticias de Gurb (la siguiente bala de Mendoza en mi recámara) y emitir un juicio con más criterio, Savolta es mucho Savolta.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

A mi también me gustan las novelas de Eduardo Mendoza (aunque hace mucho que no las leo :S). "La verdad sobre el caso Savolta" también me gustó mucho. "Sin noticias de Gurb" (¿de ahí viene el nombre de tu blog?) no me la he leído, pero en cualquier caso te recomiendo "El misterio de la cripta embrujada" y después "El laberinto de las aceitunas", sobre todo la primera.

Me gustaría saber qué te pareció "La soledad de los números primos", así que si te animas a escribir una entrada sobre ella... estaré encantada de leerla (si es posible antes de otros 4-5 meses también estaría bien :))

Espero que disfrutes de "El misterio del cuarto amarillo" (y que caces un detallito del final :P).

Un saludo,

Dragón Rojo (o Johnny B. Good)

Curro dijo...

Antes de nada, aclarar mi devoción por Mendoza, hecho que puede influir en la subjetividad de este comentario.

Para empezar, no creo que sea justa la comparación entre "La verdad sobre el caso Savolta", no sólo con "El asombroso viaje de Pomponio Flato" sino con (me atrevería a decir) el 95% de la literatura contemporánea en español. Y no es justo, porque la segunda novela en discordia siempre saldrá perdiendo por goleada al compararla con "Savolta", que a mí me parece una obra de culto y en su día revolucionó a su manera la novela española casi al mismo nivel que lo pudo hacer "Tiempo de silencio".
Tampoco creo que se deba comparar la obra (llamémosla) seria de Mendoza con la obra cómica o de intriga humorística como he leído alguna vez. Entre su creación seria existen obras maestras como "La verdad sobre el caso Savolta", novelas extraordinarias como "La ciudad de los prodigios" y otras completamente prescindibles como "Mauricio o las elecciones primarias".
En su obra humorística, pasa lo mismo. "Sin noticias de Gurb" probablemente sea el mejor libro en clave de humor crítico que he leído en español, es una maravilla. Y además de ésta, con la trilogía formada por "El misterio de la cripta embrujada", "El laberinto de las aceitunas" y "El tocador de señoras" a mi juicio, Mendoza supo crear un estilo de obras quizá ligeras pero con unos personajes y unos diálogos desternillantes. Estos tres libros (y si me apuras, incluso "El último trayecto de Horacio Dos") son de calle de muchísimas más calidad que "El asombroso viaje de Pomponio Flato", tanto en su trama, en su tratamiento de los personajes, como en el despliegue de recursos para arrancar carcajadas.
En cuanto a "El asombroso viaje de Pomponio Flato" te doy la razón en casi todo lo que has dicho. Para mí, es la peor de todas sus novelas de humor, ya que el epicentro de la carcajada está muy centrado en un tema ya muy manido y parece una colección de chistes y tópicos sobre la vida de Jesucristo y el Nuevo Testamento. Su éxito editorial lo achaco al tiempo que Eduardo Mendoza llevaba sin sacar un libro de estas características y que, para un público medio y sin prejuicios religiosos, es un libro entretenido graciososo y bien llevado.

Simplemente creo que elegiste mal al escoger y a veces las muestras estadísticas juegan malas pasadas. Tendrías que haber rescatado de la librería "Sin noticias de Gurb" o cualquiera de la trilogía. Entonces, te habrías reído a carcajadas sin la sensación de que estos chistes ya te los habían contado.

Y lo siento por la intromisión. Sólo me siento capacitado para hablar sobre la obra de Mendoza y alguno más como Delibes, pero como sabes no soy ningún entendido en la materia literaria. Sólo quería aclarar que no creo que se pueda meter en el mismo saco a "El asombroso viaje de Pomponio Flato" o a "El tocador de señoras".

Un saludo, crack!

Curro dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Curro dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
J. Simón dijo...

En la entrada comparo estas dos obras de Mendoza porque, desgraciadamente, son las únicas que, como explico, han caído en mis manos. Obviamente, no son comparables en cuanto a casi nada. Pero mis expectativas estaban demasiado altas y me defraudé bastante. Sabía (o esperaba)que comentases la entrada, Curro: ya conocía tu devoción por Mendoza. Me alegro de que hayas puntualizado ;)

Por cierto, ya que hablas de Delibes, el siguiente a 'El misterio del cuarto amarillo' será 'El camino', que ya hace muchísimo tiempo que quiero leerlo.

Al pequeño Dragón Rojo, dos apuntes: estuve a punto de escribir una entrada sobre 'La soledad de los números primos', pero no conseguí sacar tiempo. No me gusta escribir críticas de los libros después de mucho tiempo, porque no consigo recordar detalles, y para hacer una crónica de contraportada, me la ahorro. Te recomiendo, sin duda, la novela. Si la saco de nuevo de la biblioteca y le echo otro nuevo vistazo, quizás me anime a hacerla, en todo caso, porque me quedé con muchísimas ganas y es una de esas novelas que se merecen una crítica fundamentada.

Un saludo a todos!

PD: Curro! Deja de spoilearme el blog con comentarios suprimidos! Un abrazo transoceánico muy grande, tio gafe ;)