martes, 23 de diciembre de 2008

Donde hay patrón...

Cuando se presta más atención al daño que se le inflige al enemigo que al dolor de la propia familia, se ha perdido el control, la verdadera perspectiva de la realidad.

Pero me mordí los labios y no dije nada. Me limité a ver alejarse a mi capitán por el largo corredor, con las luces metálicas y frías derramándose sobre su espalda y mis pupilas.

Al llegar al fondo del pasillo, golpeó un interruptor y me quedé a oscuras.

Supe que el ataque ya había comenzado.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me gusta su potencialidad, me ha dejado pensativo

alex

Carlos Castillo dijo...

Wow.