sábado, 14 de noviembre de 2009

Apnea (Muerte de un ahogado)

Toqué el agua ya con los ojos cerrados y prietos. La zambullida fue brutal.

Noté cómo el peso muerto que era mi cabeza se abría paso a través de las corrientes, sin oposición. Cada vez más y más profundo, mi cráneo era una burbuja de cristal, un depósito a presión: mis oídos estallaron y a la sensación de la libertad que se me escapaba se le sumó la estela de sangre salada y muerta que iba dejando a mi paso. Era como una cometa rota a merced de un viento lento y triste.

Llevaba las manos atadas; lo supe cuando toqué fondo con la frente. Allá abajo la luz que con mi descenso se había ido apagando gradualmente era ya una quimera. No traté de desasirme, no intenté luchar ni gritar: no me angustiaba demasiado la idea de no volver a respirar. Era un ser inerte, un viejo león rendido bajo el sol de la sabana esperando la llegada de las hienas y los buitres.

El pecho me bramaba, mis pulmones buscaban una vía de escape, una bocanada de vida o de muerte (ya daba igual), un par de caladas de un cigarrillo que no estuviese mojado. Abrí los ojos: quería ver venir a la parca y poder tutearla al oído, camelarla con piropos y golfear durante un minuto con ella, apretar su piel fláccida contra mi cintura, conseguir que se escandalizara. A pesar de que el frío me atenazaba, entumecido, sólo con pensarlo tuve una erección. Miré hacia arriba, hacia la luz tenue y difusa, la vi llegar y lo comprendí todo.

1 comentario:

Grey Arkhane dijo...

Bueno, siempre puede ser que, contra todo pronóstico, la Muerte tenga la pinta de una veinteañera gótica, una sonrisa permanente pintada en la cara y la conversación más agradable que hayas encontrado en mucho tiempo...

(tal y como aparece en ese grandioso cómic que es Sandman, sempiterna recomendación personal, http://tinyurl.com/ycz3y95 )

Y en cualquier caso, dicen que la muerte del ahogado es de las más placenteras que existen, tras el agobio inicial de la falta de aire.

Vamos...quién no se consuela es porque no quiere.

Saludos desde el Bastión, últimamente envuelto en conspiraciones paranormales.